Durante sus años de juventud recorrió numerosos pueblos, descubriendo ciudades únicas y aprendiendo de sus gentes a lo largo y ancho del viejo continente. Estuvo aquí y allí, sin fijar su posición en el globo. Barcelona, Londres, Viena, París, son alguno de los destinos por donde Molly dejó su huella.
Este verano, algo cambió. Nuevos horizontes se mostraban ante Molly, el nuevo mundo aparecía frente a sus ojos cargados de ilusión. Montones de veces hizo y deshizo maletas, mochilas, empaquetar y guardar viejos recuerdos, para que en un futuro se vuelvan abrir. ¿Cuándo? El tiempo y Molly lo dirán.
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